Primero, date un GRAN ABRAZO y luego contoneate más.
(De verdad, ¡pruébalo!)
A continuación, cepíllate los brazos como si quisieras quitarte los pelos de gato de la camisa.
A continuación, da unas palmaditas en las piernas hacia abajo y hacia arriba.
A continuación, haz un círculo en tu mano durante el tiempo que necesites. Intenta que tu círculo vaya cada vez más despacio, al ritmo de tu respiración.
Y para terminar, respira profundamente 5 veces para reducir tu agobio al tamaño de una gominola.
(Activa el sonido y pulsa el play.)
Ahora pregúntate: "¿Qué necesito ahora mismo? ¿En qué puedo centrarme para tranquilizarme? ¿Hay alguna tarea que pueda dejar para otro día?
Haz una pausa de diez minutos para descansar o pedir ayuda. No pasa nada por sentirse abrumado.
La Adversidad está aquí para ayudarte a bajar el ritmo, tomarte un respiro y ser amable contigo mismo. Lo tienes.