Primero, pisa fuerte en el lugar (con los pies o las manos) y cuenta hacia abajo desde 10.
(De verdad, ¡pruébalo!)
A continuación, gira y golpea el aire mientras gruñes.
A continuación, mira hacia arriba y aplaude 7 veces por encima de tu cabeza.
Ahora, tócate los dedos de los pies mientras piensas en otra forma de conseguir lo que quieres o necesitas.
Y para terminar, respira profundamente 5 veces para reducir tu frustración al tamaño de una gominola.
(Activa el sonido y pulsa el play.)
Ahora pregúntate: "¿Por qué estoy frustrado? ¿Es algo mucho más difícil de lo que pensaba?"
Normalmente la frustración aparece cuando aparece un obstáculo o algo no va como queremos. En lugar de luchar contra el obstáculo, utiliza tu frustración para aprovechar lo que ya está funcionando.
¿Cómo puedes ver la situación de forma diferente? ¿Hay alguna forma de llegar a un objetivo similar utilizando un camino diferente? ¿Qué es lo que sigue funcionando y por lo que puedes estar agradecido?
Está bien sentirse frustrado.
La frustración está aquí para ayudarte a aclarar lo que no funciona y para darte la energía necesaria para cambiar de camino o de objetivo.
Una vez que hayas sacado algo más de tus sentimientos, estarás preparado para tomar una decisión deliberada sobre lo que debes hacer o decir.
Confía en ti mismo. ¡Lo tienes!
