Primero, levanta los brazos por encima de la cabeza 5 veces para abrir el corazón y sentir plenamente tu gratitud.
(De verdad, ¡pruébalo!)
A continuación, haz un pequeño baile con los hombros para mostrar lo agradecido que te sientes.
A continuación, da una palmada muy rápida durante 10 segundos y sonríe si te apetece.
A continuación, lanza confeti invisible al aire para celebrar tu agradecimiento.
Y para terminar, haz 3 respiraciones profundas y tranquilizadoras.
Ahora, vamos a ser curiosos:
¿Qué sensaciones sientes en tu cuerpo?
¿Qué notas?
Cuando llega la gratitud, normalmente nos sorprendemos por la amabilidad de alguien, por nuestra propia suerte o simplemente nos sentimos agradecidos por cosas en las que nunca habíamos reparado.
No podemos obligarnos a sentirnos agradecidos. Pero podemos acogerlo. Deja que tu gratitud crezca hasta que te sientas inspirado para expresarla.
La gratitud se convierte en actos de bondad y está destinada a ser compartida con los demás. ¡Buen trabajo!