Primero, pasa las manos por encima de la cabeza 5 veces.
(De verdad, ¡pruébalo!)
A continuación, encógete de hombros y suelta un gran suspiro.
A continuación, junta los labios y sopla para hacer un sonido gracioso.
A continuación, pellizca suavemente tus cejas 6 veces.
Y para terminar, respira profundamente 5 veces para reducir tu incertidumbre al tamaño de una gominola.
(Activa el sonido y pulsa el play.)
Ahora pregúntate: "¿De qué estoy inseguro? ¿Hay algo que me hace dudar de mí mismo? ¿Sobre qué necesito más información?"
Eres valiente.
Hace falta valor para admitir la duda.
Si tienes que tomar una decisión, ¿qué preguntas necesitas todavía que te respondan? ¿Hay personas a las que puedas pedir ayuda?
Una vez que hayas reunido más información, presta atención a cómo te hace sentir esta información. ¿Te sientes tranquilo y calmado? ¿O sigues sintiéndote ansioso o inseguro? Utiliza tu incertidumbre para hacer una pausa... para preguntar... para escuchar... y para sentir verdadera curiosidad por lo que se necesita a continuación.
Tu incertidumbre está aquí para ayudarte a profundizar un poco más, a reunir más información y a confiar en ti mismo cuando algo te parezca finalmente correcto. Lo tienes.
Escucha a tu corazón.
Y tómate todo el tiempo que necesites.