Primero, golpéate el pecho como un gorila y cuenta atrás desde 10.
(De verdad, ¡pruébalo!)
A continuación, haz 12 saltos de tijera para mover parte de la ira hacia arriba y hacia fuera.
(O haz rebotar tu cuerpo 12 veces)
A continuación, pisa fuerte con los pies (o con las manos) durante 10 segundos, para aplastar parte de tu ira contra el suelo.
A continuación, pon las manos en la frente y di: "¡UGGHHH!"
A continuación, crea una burbuja invisible de seguridad a tu alrededor.
Y para terminar, respira profundamente 5 veces para reducir tu ira al tamaño de una gominola. (Activa el sonido y pulsa el play.)
Ahora pregúntate: "¿Por qué estoy enfadado? ¿Alguien ha hecho algo que no me ha gustado? ¿Ha ocurrido algo que no era justo?
Tienes todo el derecho a tus propios pensamientos y a tu propio espacio. Si alguien no lo ha respetado, es hora de hablar.
Antes de hacerlo, agita tu energía durante el tiempo que necesites. Así será más fácil usar tus palabras, no tus puños.
Está bien sentirse enfadado.
La ira está aquí para ayudarte a tener claros tus límites, a hablar y a hacer un cambio con calma.