Primero, finge que eres más grande que un dinosaurio y pisa fuerte en un círculo tres veces. (De verdad, ¡pruébalo!)
A continuación, haz 11 saltos de tijera.
(o rebota tu cuerpo 11 veces).
A continuación, abre los brazos para crear una burbuja protectora de seguridad invisible.
A continuación, pon las manos en el corazón y golpea el pecho lentamente 8 veces.
Y para terminar, respira profundamente 5 veces para reducir tu rabia al tamaño de una gominola. (Activa el sonido y pulsa el play.)
Menéate durante todo el tiempo que necesites para sacar la rabia de tu cuerpo de forma segura. (¡Da un paseo o haz algo de ejercicio también porque esto es un gran sentimiento!)
Una vez que te sientas más tranquilo, pregúntate: "¿Alguien hizo algo que estaba mal? ¿Ha ocurrido algo que no era justo? ¿Por qué estoy enfadado?"
Está bien sentir rabia.
Utiliza tu rabia para aclarar lo que no quieres. ¿Qué habrías querido en su lugar? ¿Hay algo que puedas hacer ahora mismo para conseguirlo?
Tu rabia está aquí para ayudarte a identificar lo que no quieres y a defender tranquilamente otra cosa en su lugar.
Una vez que hayas sacado parte de tu energía de enfado de una forma segura que no haga daño a nadie, estarás preparado para tomar una decisión meditada sobre lo que debes hacer o decir.
Tu rabia está aquí para ayudarte a tener claro lo que quieres y darte el impulso para ir también a por ello.
Confía en ti mismo. ¡Lo tienes!
